Estos muchachotes me vinieron en un pack de bretonianos que compré a bulto para conversionar el ejército de condes vampiro que me estoy haciendo. Son de los hermanos Perry, de finales de los 80, y pese a su edad siguen teniendo un encanto en su sencillez que otras miniaturas más actuales no acaban de encontrar. O al menos esa es mi opinión.
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