Una de las cosas que más
me gusta del hobby es conversionar. Más que pintar y muchísimo más que jugar.
Por eso disfruto como un enano cuando veo que la caja de restos está alcanzando
un nivel crítico y no se puede cerrar, porque sé que es el toque de atención
que mi síndrome de Diógenes me da para comunicarme que va siendo hora de que
haga miniaturas con los restos.
Unas veces salen
aberraciones pero otras veces salen cosas interesantes, como este regimiento de
cazadores de brujas “reciclado” con piezas que me sobraban. Estas son las
primeras 10 miniaturas, pintadas con un esquema que quede bien en mi vitrina
pero que no requiera mucho tiempo: