29 de febrero de 2016

Citadel Feudals

Estos muchachotes me vinieron en un pack de bretonianos que compré a bulto para conversionar el ejército de condes vampiro que me estoy haciendo. Son de los hermanos Perry, de finales de los 80, y pese a su edad siguen teniendo un encanto en su sencillez que otras miniaturas más actuales no acaban de encontrar. O al menos esa es mi opinión.



18 de febrero de 2016

Zombicide Black Plague [Análisis]


Por fin, después de muchos meses esperando, me ha llegado el spin off medieval de uno de los juegos de zombies más populares de la actualidad: el Zombicide Black Plague. ¿Por qué tan tarde? Movidones de SEUR que todos conocemos. Disfrutad de mis fotos. 

Y de mi suelo de parquet.

Esto es únicamente el juego básico, habrá expansiones más adelante que meterán nuevas dinámicas en el juego, como ha ocurrido en el original Zombicide. Sin haber podido probarlo aun como debe, me limitaré a contar qué viene en la caja, que vale una friolera de 95€.

Lo primero que encontramos es la caja en sí, de un cartón muy duro y con la portada siguiendo claramente la estética de los otros Zombicides: los héroes luchando en el centro de una vorágine de caos y zombies.



Nada más abrir la caja, nos dará la bienvenida el manual, encuadernado en tapa blanca con grapa. Repite el dibujo de la caja en un formato A4 y su interior está repleto de buenas reglas impresas a color, con imágenes y todo el rollo. El mío está en perfecto inglés pero vosotros, a estas alturas, podréis conseguir la versión en castellano sin ningún problema.




El primer piso de la caja lo ocupa a su vez otra caja rectangular  y blanca “planita” en la que, esta vez, sólo aparecen los héroes en, bueno, pose heroica…

10 de febrero de 2016

Más bretonianos muertos

Una actualización rápida: un Rey Tumulario al que se le ha cambiado la cabeza por la del rey bretoniano en hipogrifo (y sustituido la cara por una calavera), cambiado la espada por una espada bretoniana y cambiadas las grebas por unas menos "malvadas". Es más, se ha quitado cosas demasiado malvadas que desentonarían en un bretoniano, como la simbología vampírica del escudo.